19:35, un pequeño rayo de luz se abre paso a través del follaje e ilumina una mínima porción del suelo. Parece un fenómeno artificial porque la zona iluminada dibuja la forma casi perfecta de un rectángulo.

19:40, miro al cielo. Una tonalidad plomiza comienza a extenderse. Casi no sopla el viento pero un ligero estruendo anuncia que todo puede cambiar en cuestión de minutos.

19:42, me detengo en el azahar. Me parece increíble la seguridad y precisión con la que una abeja salta de una flor a otra en cuestión de segundos. Pero más increíble aún es observar el mismo fenómeno en otra y otra y otra abeja. Un total de cien pueden estar trabajando ahora en el mismo árbol. Ninguna entorpece la misión de su compañera. Su danza mecánica y regular, sus aterrizajes y despegues, parecen dirigidos por una torre de control invisible pero extremadamente eficaz.

20:00, es el turno de una exhuberante rosa rojo coral. He sacado mi carta cromática de trabajo y coincide casi a la perfección con el Pantone 1788 U, para ser más exactos con la gama que va del 1775 al 1788.

20:20. Hay luciérnagas sobrevolando el jardín. Al principio parecía un simple punto de luz errático, pero luego han ido apareciendo más y más y he terminado resolviendo la incógnita.

20:40. Consulto internet desde mi teléfono. Se trata de un baile de la fecundidad. Los machos van de aquí para allá llamando la atención de las hembras que esperan y analizan desde abajo. Esa es la explicación fácil. Pero a mí no me convence.

21:00. Los controladores aéreos que dirigían antes desde su torre invisible sobre el azahar han desistido. Las luciérnagas no hacen caso, van a su bola. Una de ellas se ha acercado mucho como invitándome a seguirla. Pronto descubro que se ha posado sobre la hierba. Voy a desvelar su misterio con el flash de mi móvil. Su maravilloso trasero luminoso no es más que un abdomen corriente. Es un insecto realmente vulgar bajo la luz de un iPhone. ¿En qué momento descubrimos la tecnología LED? No hace más que fastidiarnos la noches de tormenta y de luciérnagas.

Fotografía: ©laBellezza, 2018. Rosa lombarda. Italia.