En estos últimos días ha habido dos hechos que me han movido a reflexionar sobre el amor.

El amor es lo más importante de la vida, debe ser auténtico y debe ayudarte a mejorar.

Fue al escuchar al psicólogo Tal Ben Shahar, hablando de un concepto, desde mi punta de vista clave, cuando di con la definición perfecta.

Se trata del término de “hermoso enemigo”. El hermoso enemigo es la persona que te quiere de verdad y saca lo mejor de ti, te hace crecer. 

Yo no quiero una persona a mi lado que me dé la razón en todo, que ceda o que se amolde a mí. Yo quiero una persona que siendo ella misma me dice lo que yo no quiero oír. Una persona auténtica, que no renuncie a nada, y que en su singularidad elija estar conmigo.

Evidentemente es imprescindible el disfrute y el placer en las relaciones y muchos momentos de felicidad. Pero es igual de imprescindible la autenticidad y la confrontación. Es lo que nos hace crecer y conocernos mejor a nosotros mismos. Yo quiero hermosos enemigos en mi vida, mi pareja, mis amigos, mi familia. Gracias a ellos puedo verme de una manera más completa y puedo evolucionar y aprender. 

Me parece una definición perfecta, un oxímoron con mucho sentido. Los hermosos enemigos son aquellos que te hacen feliz y también que se oponen a ti, son diferentes, opinan distinto, se enfadan. No evitan el conflicto, lo afrontan. Y creo que son, sobre todo, valientes.

La valentía es uno de los aspectos que más admiro en el ser humano. 

Y llegamos al segundo hecho. La muerte de Pau Donés, el cantante de Jarabe de Palo.

Pau Donés ha sido valiente, de una valentía sobrecogedora. Sus intervenciones, sus mensajes y su último videoclip así lo demuestran.

Ha sido valiente y ha dejado un testimonio de amor con mayúsculas a su hija. El mejor legado que podía dejarle:

Que no se acabe el baile, que no apaguen la música. La vida sigue.

Texto: Gema Sampedro. Fotografía: Jesús de la Iglesia (alianzas sobre la arena de la playa en la isla de Estrómboli, Sicilia, 2008)

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